¿Has visto a tu perro tiritando cuando sale a la calle en invierno? No todos los perros soportan el frío de la misma forma, por eso es importante estar atentos a las señales que nos indican que la temperatura es demasiado baja para ellos.
Una señal inequívoca es si vemos que nuestro peludo se pone a temblar: al sentir frío y su cuerpo reacciona generando movimientos rápidos en sus músculos con el objetivo de generar calor. Otros aspectos como el tamaño del perro, el hecho de que ya esté aclimatado a temperaturas bajas o no, también nos dan pistas de cuánto frío pueden soportar.
Ante la última ola de frío, desde la Dirección General de Derechos de los Animales han difundido una tabla creada por veterinarios de la Universidad de Tufts que será muy útil tener en cuenta a la hora de salir a pasear acompañados de nuestros peludos cuando las temperaturas se aproximan a grados bajo cero.
¿Cómo saber si mi perro tiene frío?
Hay perros especialmente frioleros. Los perros con pelo corto y capa de grasa menor, como los galgos, probablemente necesitarán que reforcemos su abrigo natural, es decir, su pelaje, con alguna cobertura que se adapte a su cuerpo, protegiendo su tronco y su cuello.
En cambio, otras razas de perro, como el Husky o el San Bernardo, cuentan con una capa de pelo y grasa que actúa como aislante, por lo que son razas perfectamente aclimatadas al frío.
Otro factor a tener en cuenta es si el perro tiene las patas más cortas. En razas como el Teckel o el Beagle, la barriga, que no está protegida por pelo, queda muy expuesta al frío y ya no digamos si hay nieve. Protegerlos con un abrigo aislante puede ser una gran opción.
Espera a primavera para cortarle el pelo. Si normalmente sueles llevar a tu perro al peluquero canino procura dejar crecer su melena a partir de septiembre.
En casa, puedes percibir que duerme más o incluso que cuando lo hace busca una posición enroscada sobre sí mismo, buscando retener el calor.
Asegúrate de que su cama es acolchada y capaz de aislar el frío del suelo. Puedes poner una manta extra en los meses más fríos, y reubicar su cama hacia un lugar más cálido, por ejemplo cerca de un radiador. Asegúrate de que no haya corrientes de aire en la zona donde descansa.
Durante los paseos invernales
Para adaptar nuestros paseos a los meses más gélidos, se debe tener en cuenta el tamaño y la edad del perro. Cuanto más pequeño sea, menos exposición a bajas temperaturas aguantará. Los cachorros son más sensibles e intrépidos, así que debemos prestar especial atención, al igual que con los perros senior, que pueden presentar dificultades de movilidad que se pueden agravar si la temperatura desciende bruscamente al salir a la calle.
Si la temperatura baja de los 4° C, entramos en la zona de riesgo para los perros de menor tamaño y perros medianos con pelo corto. La humedad ambiental resta puntos ya que incrementa la sensación de frío (también para ellos), así que para contrarrestarlo, usa alguna prenda de abrigo canina que proteja el tronco y el cuello. Son las zonas por donde nuestro peludo pierde más calor.
Para los perros de mayor tamaño, las señales de alerta se activan en el caso de que la temperatura descienda de 0° C.
En estos casos deberíamos acortar las salidas especialmente a las horas en las que las temperaturas son más bajas. Si es posible, aprovecha las horas en las que sale el sol o el termómetro alcanza su pico de temperatura máxima para dar un paseo más largo, en el que pueda quemar más energía.
Al volver a casa
De regreso a casa, lo primero será secar muy bien a nuestro can con una toalla, en caso de que se hubiera mojado o que haya caminado sobre la nieve. Debemos prestar especial atención a las patas, fijarnos que no haya nudos y enredos que puedan albergar humedad si su pelo es largo, y secar cuidadosamente las almohadillas. Podemos aprovechar para revisarlas atentadamente. Observa que no estén agrietadas y no presenten ninguna herida y, en caso contrario, es importante que recibas el consejo de un veterinario.
No nos olvidemos de la segunda parte: la recompensa por su pérdida de energía. En invierno, los perros consumen más energía para mantener el calor, así que podemos darle algún aporte extra de calorías. Ofrécele una ración de Piensos Canun y luego una buena siesta con su manta favorita mientras tú estas cerca. ¿Se puede estar mejor estas frías semanas de febrero?
