España era “la tierra de conejos” para los romanos, pero seguro que en esa representación de nuestro territorio también aparecían nuestros amigos los perros.
Siglos después, en nuestro país se perfilan diferentes grupos étnicos y razas autóctonas que, aunque no han sido reconocidas todavía por la FCI, sin duda ya han demostrado un carácter propio y cuentan con fuertes asociaciones dedicadas a promover su estudio y defensa.
En el blog Canun nos hemos fijado en tres casos con mucho carácter e impronta en nuestras regiones aunque (aún) sin pedigree: el podenco orito español, el can de palleiro y el bodeguero andaluz. Nos adentramos en cómo a través de asociaciones y organismos públicos, se inicia un trabajo de estudio que puede llevar décadas, a través del que se van consolidando los “grupos étnicos” y rescatando sus rasgos más definitorios hasta reconocer una raza.
Podenco orito español
El podenco tiene su origen en el antiguo Egipto, y en España son varios los grupos étnicos que se han ganado el respeto como razas propias de nuestro territorio, como es el caso de podenco ibicenco, el canario o el andaluz.
El caso del podenco orito español es más reciente, y se remonta a 2008, cuando nació la Asociación Nacional del Podenco Orito Español (A.N.P.O.E.) durante la Feria del Perro de Archidona. Allí se hizo una pequeña presentación de algunos ejemplares de podencos que presentaban unas características físicas propias y diferenciadoras de otros tipos de podencos, en talla media exclusivamente, con un pelo recio y corto y un color especial, con capa orita en chocolate en diferentes intensidades (chocolate y fuego) o en negra (negro y fuego).
Los promotores de aquella exhibición tenían ya en mente luchar por ellos pero todavía de manera algo indefinida, sin tener muy claras las ideas. Los podencos estaban en el campo demostrando su valía y, si algo estaba claro, era que merecía la pena asegurar su futuro, evitando que se perdieran por mestizaje o por el avance de otras razas. Para ello era fundamental luchar por su reconocimiento como raza si se reunían las condiciones para ello.
Para salir de dudas, se procedió a hacer un estudio de los ejemplares que determinara si se estaba ante una posible raza y, tras ello, elaborar un borrador estándar e iniciar todo el proceso de reconocimiento. La asociación contaba entre la directiva que dio origen a la misma, con un veterinario (José Jiménez) que inició conversaciones con la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba comenzando la toma de medidas de los parámetros necesarios para el estudio.
Tras haber medido más de 100 ejemplares se culminó el estudio morfométrico y se emitió el correspondiente informe con sus conclusiones que les daban la razón, tenían entre manos una posible raza y podían seguir luchando por su reconocimiento.
A partir de entonces, desde la Asociación han impulsado el aumento del censo de partida para los podencos oritos, que no era abundante, buscando nuevos ejemplares en diversos lugares y aficionados que los mantuvieron por su valía en el campo y trabajando por la homogeneización de los individuos.
Ratonero bodeguero andaluz
Esta raza es autóctona de la provincia de Cádiz, y se corresponde con un perro muy vivo y especialmente hábil para la caza de ratones escondidos entre las barricas de las bodegas de Jerez, de ahí su nombre. Su origen se remonta a los fox terrier que llegaron con los comerciantes de vino británico y se caracteriza por ser ágil y robusto pese a que sus ejemplares no sobrepasen los 10 kg.
Hoy en día La raza está reconocida por la Real Sociedad Canina de España y el Ministerio de Agricultura desde el año 2000, pero todavía no está reconocida por la Federación Cinológica Internacional (FCI).
El camino para la definición de esta raza se inició en 1983, cuando se presentaron los primeros estatutos de la asociación de criadores ante el Ministerio del Interior, naciendo así el Club Nacional del Perro Ratonero Andaluz.
Se inicia entonces la ardua tarea de lograr definir la raza y pelear por su reconocimiento. Para ello se crea un grupo de trabajo con el objeto de recorrer la geografía andaluza en un proceso de localización, medición y control de los ejemplares existentes para la posterior elaboración del estándar oficial de la raza, el cual llegaría en 1997 en colaboración con la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba.
Más allá de esto, el bodeguero ha sido declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de Jerez por su especial vínculo con la actividad vinícola de la zona, pasando a formar parte de sus señas de identidad.
Can de palleiro
Evocar a este tipo de perro nos traslada a las granjas de las tierras gallegas, y su nombre nos remite al pajar, palleiro en gallego, donde estos canes solían descansar tras jornadas en el campo cuidando del ganado.
Un perro valiente, rústico pero sensible, cuyo origen geográfico comprende toda la zona atlántica noroccidental de la península ibérica, la antigua Gallaecia romana.
Fue por iniciativa de la Consellería de Agricultura, Gandería e Política Agroalimentaria de la Xunta de Galicia que se presentó en 1999 el Plan de recuperación de las razas caninas autóctonas de Galicia (España). Un documento que marcó el punto de partida, en el que se recogen las mediciones e índices zoométricos, el tratamiento estadístico y los pasos a seguir para proceder a su recuperación.
En 2001 fue reconocida por el Ministerio del Interior y actualmente la raza can de palleiro tiene la consideración de “protección especial o en peligro de extinción” en el catálogo de las razas españolas.
Gran parte de los esfuerzos para su recuperación se concentran a través del Club de Raza Can de Palleiro, que surgió en 2002 con “el objetivo de lograr que esta raza se consolide y sea un referente en el futuro como fue para nuestros antepasados”. El trabajo está dando sus frutos ya que de contar con 925 ejemplares en 2017, se ha pasado a 1775 según el último censo, todo un logro que supone un incremento de más del 90% de su población en cuatro años.
La propia Xunta de Galicia, ofrece esta descripción de estos animales: “perro pastor y también de guarda, dotado de gran polivalencia, ya que dadas sus características morfológicas y de estabilidad psíquica, podría llegar a desarrollar funciones de perro policía, en catástrofes, socorro, rescate, guía, narcotráfico, ejército, etc. Por otra parte, se trata de un fiel compañero y cuidador que a menudo vemos acompañando a los mayores de la casa en sus paseos”.