En algunas ocasiones, los perros reaccionan a componentes de los alimentos como si se tratase de patógenos, es decir, sufren una reacción adversa a un compuesto concreto del alimento. Algunas de las intolerancias más frecuentes son a las proteínas de la leche, el trigo, el huevo, la soja o el maíz.
¿Es lo mismo alergia alimentaria que intolerancia alimentaria?
Pese a que pueden parecer conceptos similares, la respuesta del organismo en un caso u otro es diferente.
En el caso de las alergias, se produce una respuesta inmunitaria exagerada e inmediata a ciertos componentes del alimento, por lo que los síntomas aparecen en un plazo máximo aproximado de 2 horas desde la ingestión.
Por el contrario, cuando el animal sufre una intolerancia generalmente se trata de un proceso crónico que se va acumulando en el tiempo. En este caso los síntomas aparecen de forma más tardía, desde las 2 horas hasta los 3 días después del consumo del alimento.
En el caso de las alergias, se necesita una primera exposición al alimento para que el cuerpo se sensibilice y, por tanto, no será hasta la segunda exposición cuando se produzca la reacción alérgica.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes de intolerancia alimentaria?
Cuando un perro ingiere un alimento al que tiene intolerancia es incapaz de digerirlo y absorber sus nutrientes, por lo que los síntomas más frecuentes son de tipo gastrointestinal:
- vómitos
- diarreas
- flatulencias
- falta de apetito
- pérdida de peso
- dolor abdominal
Por otro lado, también es frecuente observar en estos animales alteraciones en la piel, como dermatitis atópica, otitis recurrentes, picor, lamido excesivo de las patas, caída del pelo, caspa, etc.
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¿Cómo identificar el agente causante de la intolerancia?
Para dar solución a este problema es fundamental identificar el agente que le está causando la intolerancia. Para ello, el método más utilizado por los veterinarios es la realización de una dieta de eliminación o descarte. Esto consiste en alimentar al perro con una dieta monoproteica (una única fuente de proteína) nueva para el perro, es decir, que no la haya consumido nunca.
Una vez elegida la nueva dieta, se debe mantener durante 8-12 semanas de forma exclusiva; el animal solo puede alimentarse de esa dieta (no se pueden dar premios, comida casera, etc.).
Si pasado este tiempo la sintomatología remite, se puede iniciar el proceso de “provocación”, que consiste en dar un alimento que se sospecha que le produce la intolerancia, y ver si reaparecen los síntomas.
Si reaparecen los síntomas se puede confirmar que ese alimento le produce intolerancia.
¿Se pueden prevenir?
Lamentablemente, no. Sin embargo, se pueden seguir algunas recomendaciones que ayudarán a mantener un buen sistema inmunitario en el perro y mejorar su salud, como ofrecer siempre un pienso de calidad desde cachorros y alimentos específicamente formulados para esta especie.
Recordad que debéis acudir siempre a un veterinario especializado para el diagnóstico de una posible intolerancia